Amarse es la primera ley.
Todo lo demás va a ser el gran resultado y el espejo de ese amor y aceptación propia. Si no aprendemos aceptarnos y amarnos con todas nuestras capacidades, debilidades, limitaciones y dones, jamás podremos expresar nuestra diosa y viviremos fragmentadas, divididas, buscando afuera lo que siempre ha estado dentro.
En una sociedad y cultura donde hay tantos estereotipos de cómo “deber ser”, el cuerpo que hay “hay que tener”, que “se debe usar”, etc.
Nos perdemos en exigencias físicas y sociales, medidas, tallas, marcas, comportamientos, dietas, silicona, actitudes y patrones que nos producen ansiedad, estrés y desequilibrio.
Nos enredamos en ese laberinto de querer “satisfacer al otro” (marido, sociedad, hijos, jefe, etc.) siempre antes que a nosotras mismas, el gran y más común error de todos.
Porque ese afán de seguir ese modelo externo?
Porque ese afán de cumplir las expectativas de otros?
Tenemos infinitos distractores: tv, redes sociales, radio, prensa, etc. Mucho ruido externo, estamos siempre corriendo, conectadas a aparatos que si bien nos facilitan la vida y agilizan nuestras tareas, también nos consumen y poco a poco nos volvemos a adictas al “no me alcanza el tiempo”, “mucho trabajo”, “no tengo tiempo para mi”etc. Las típicas excusas para no trabajarnos, no mirar hacia adentro, no escuchar nuestra voz interior y necesidades, no pausar todo y hacer el MAS grande, importante y único verdadero trabajo que vinimos a hacer: Conquistarnos a nosotras mismas: aceptarnos, amarnos infinitamente: DE ALLI VIENE LO DEMAS.
Conozco mujeres con kilos demás con una actitud fantástica frente a la vida, que se ven mas atractivas e interesantes que las que tienen medidas perfectas y la cartera o el zapato “que hay que tener”. Está bien querer estar en forma, sentirte y verte bella pero la primera belleza viene de ese amor propio y esa conquista de nosotras mismas, eso es lo que realmente produce magnetismo, carisma, esa aura que te hace divina, irresistible y querida por todos, que se traduce en éxito laboral y familiar, pero sobre todo en armonía interior y la hermosa capacidad de vivir cada etapa de la vida con dignidad.
No entiendo porque mujeres de 60 años se llenan de Botox y silicona queriendo parecer de 20 o 30-…Si tienes 60 o 70 o los porque no envejecer con dignidad? Porque no celebrar cada etapa de tu vida con la inmensa sabiduría y gratitud por cada paso que has dado y la enorme valentía , esfuerzo y amor que cada capitulo ha significado.
Siempre me ha aterrado las mujeres que no dicen la edad…es como querer esconder lo que son o lo que han vivido, como sentir pena de sí mismas, vergüenza de su existencia en este planeta, vergüenza de que ¿…porque no decir tengo 50 y me siento regia como de 15 ¡
La verdadera belleza no tiene edad, ni tiempo, nada más irresistible que esa sabiduría y kilometraje ganada con años de trabajo interior.